EDUCACIÓN CANINA

Cada vez somos más quienes decidimos compartir la vida con estos animales maravillosos que son los perros. A lo largo de los siglos el perro ha ido evolucionando constantemente con el único fin de adaptarse a nuestra forma de vivir. Sus extraordinarias capacidades sociales se lo facilitan. Así pues, solemos limitarnos a facilitarle una educación rudimentaria, basada en normas básicas de higiene y obediencia, que nos permita establecer una convivencia aceptable. De esta forma, desatendemos todo su potencial en el ámbito cognitivo y emocional. Los modelos educativos clásicos que tenemos asumidos como sociedad vienen replicando un carácter intervencionista donde el maestro alecciona al alumno sobre cuál es la respuesta correcta en vez de posibilitarle las herramientas necesarias para poder averiguarla (o no) él mismo.

Capicua trabaja a partir del método de adiestramiento cognitivo-emocional que se aleja de los modelos más tradicionales basados en el conductismo (premio-castigo), buscando profundizar en los procesos cognitivos y emocionales que sustentan las conductas. Nos interesa potenciar las capacidades del perro en todas sus dimensiones (física, emocional, social y cognitiva) y dotarle de instrumentos que le ayuden a la hora de resolver problemas y afrontar el aprendizaje conceptual. El tutor es una parte fundamental en el aspecto emocional y social de la enseñanza, puesto que la vinculación que construimos entre él y su perro será el hilo conductor de todos los procesos.

Un perro educado dispone de más recursos cognitivos para responder a los estímulos, lo que le permite una mejor autogestión de las situaciones y emociones.

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